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viernes, 16 de enero de 2015

Las olas - Virginia Woolf


Título: Las olas
Autora: Virginia Woolf
 
Páginas: 304

Editorial: Lumen
 
Precio: 19,90 euros
 
Año: 2013

Esta novela aparecida en 1931 es la séptima escrita por Virginia Woolf y la más experimental y arriesgada de las que escribió. Es de una modernidad radical. Está compuesta por los monólogos interiores, es decir una simulación del flujo de conciencia, de todo lo que se le pasa a una persona por la cabeza, de seis personajes que se conocen y se entrecruzan entre sí durante un día completo, desde la salida del sol hasta el anochecer  en una localidad cerca del mar. En el texto, está salpicado con fragmentos en los que una voz narra en tercera persona lo que va pasando,  y se nota un cierto ritmo en el texto que recuerda el vaivén permanente de las olas.

El planteamiento es todo un desafío. Si se leen las frases una a una, despacio, con calma, cuesta mucho seguir el significado general porque son de demasiado detalle. Pero si se sigue a buena velocidad, yo creo que cuanto más rápido, mejor, ocurre lo mismo que cuando nos alejamos de un cuadro impresionista, los fragmentos que no tienen sentido parecen organizarse y nuestra mente va formando un hilo narrativo más aceptable.

El mérito que tiene esta autora es que el resultado es bueno, muy bueno. Cuando uno se acostumbra, se lo pasa muy bien, las páginas tienen calidad estética y literaria, el lector disfruta de la historia, cosa que cuesta mucho más con el «Ulises» de Joyce, y al final hasta da pena que se acabe el libro. Hay que hacer un esfuerzo, pero vale la pena porque es una novela de una gran belleza, delicada y sensible, con un extraño atractivo que se paladea párrafo a párrafo.

Un libro complejo, difícil de leer, apto para lectores realmente intrépidos, de los que no se arredran ante ningún libro por exigente que sea. Pero desde luego, es una obra muy recomendable para quien quiera probar a leer un texto realmente experimental, diferente a cualquier otra cosa que haya leído nunca. Probablemente es la mejor novela vanguardista de verdad que puede uno elegir para hacer un intento de lectura.

Hay quien dice que Virginia Woolf es una autora sobrevalorada, pero a mí me parece sencillamente prodigiosa; una novelista que aborda temas profundos, que plantea estructuras para sus libros muy complejas y sale airosa del desafío con un texto espléndido.

En este enlace he encontrado una versión disponible en la red: «Las olas». 

No quiero acabar esta pequeña reseña sin mencionar y felicitar al traductor de esta edición, Andrés Bosch (Palma de Mallorca, 1926-1984), que creo que ha hecho en este caso un trabajo excelente y de muchísimo mérito.

Virginia Woolf (Londres, 1881-1941) era hija del polígrafo y y montañero Sir Leslie Stephen (1832-1904) y de Julia Prinsep Jackson (1846-1895), una famosa belleza que sirvió de modelo a varios pintores prerrafaelitas. Ambos se casaron siendo viudos y en la familia había hijos de los tres matrimonios. 

Virginia no fué nunca al colegio, pero recibió clases de varios profesores particulares y de su propio padre, en un hogar frecuentado por escritores e intelectuales, como Alfred Tennyson, Thomas Hardy, Henry James y William Thackeray. A los 13 años, vió morir a su madre y tuvo su primera depresión. Hay biógrafos que sostienen que sus crisis, debidas a un trastorno dipolar, fueron influidas por los abusos deshonestos que ella y su hermana Vanessa padecieron a manos de sus medio hermanos George y Gerald. 

Estudió en las Universidades de Cambridge y Londres, se instaló en el barrio de Bloomsbury, donde vivían los escritores E. M. ForsterLytton Strachey, el economista J. M. Keynes, los filósofos Bertrand Russell y Ludwig Wittgenstein, y otros intelectuales que formaron el llamado círculo de Bloomsbury.

Escribió relatos, novelas y artículos para el suplemento literario del Times. Está considerada como una de las figuras más importantes de la literatura del siglo XX y una gran innovadora. Se casó, no tuvo hijos y fundó una editorial para autores jóvenes.

La inminente Segunda Guerra Mundial, la destrucción de su casa de Londres en un bombardeo y la fría acogida de uno de sus libros la sumieron en una crisis especialmente profunda y se suicidó llenándose los bolsillos de piedras y metiéndose en un río. Dejó una nota que decía: «Siento que me estoy volviendo loca. No puedo vivir en estos tiempos terribles. Oigo voces y no puedo concentrarme en mi trabajo. He luchado contra ello, pero ya no puedo luchar más... Te debo toda mi felicidad, pero no puedo seguir y estropearte la vida.»

Virginia Woolf, fotografiada a los 20 años por George Charles Beresford

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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