Título: Mujeres lo bastante ricas
Autor: Honoré de Balzac
Páginas: 125
Editorial: Periférica
Precio: 13,50 euros
Año de edición: 2010
Hoy tenemos aquí otro librito delicioso de Balzac, que vuelve a demostrar que el escritor no sólo escribio mucho, sino que todo, o casi todo, es muy bueno. En este caso, tenemos varios relatos sobre la mujer divididos en dos partes. La primera, publicada en 1830, es un curioso relato sobre un caballero que sin pretenderlo, seduce a una dama. La segunda, que vió la luz en 1942, es en realidad una conversación de sobremesa en la que varios comensales exponen sus opiniones sobre la mujer, comparando cómo eran las damas de la nobleza antes de la revolución y cómo son las féminas en ese momento, ilustrándolas con historias y anécdotas de lo más jugoso.
Los diálogos son chispeantes, los argumentos muy curiosos y el ritmo de toda la narración es vertiginoso, típico de Balzac, que acumula ideas en pocas frases y sintetiza significados. Un puñado de cuentos muy entretenidos, plagados de frases afortunadas, como:«Inglaterra parece empeñada en que todo el mundo se aburra tanto como ella», «Richelieu durmió hasta mediodía, ya que debían asesinar a su benefactor a las diez de la mañana», «Ahora, el abanico sólo sirve para abanicarse» o «Ni por asomo podía imaginarme que las mujeres eran como estufas con encimera de mármol».
Un volumen que me ha encantado, divertido, entretenido y bien escrito, con el estilo arrollador del genio de Tours, que me ha hecho pasar un rato estupendo. Balzac en estado puro. Muy recomendable.
Honoré de Balzac (Tours, 1799-1850) maestro del realismo, novelista de talento y trabajador infetigable, escribió frenéticamente más de 100 obras consumiendo ingentes cantidades de café, en un intento de levantar un retrato completo de la sociedad de su tiempo, para, según sus propias palabras, «hacerle la competencia al registro civil». Ideó más de 200 personajes, de los que unos 600 entran y salen en varias novelas.
Los diálogos son chispeantes, los argumentos muy curiosos y el ritmo de toda la narración es vertiginoso, típico de Balzac, que acumula ideas en pocas frases y sintetiza significados. Un puñado de cuentos muy entretenidos, plagados de frases afortunadas, como:«Inglaterra parece empeñada en que todo el mundo se aburra tanto como ella», «Richelieu durmió hasta mediodía, ya que debían asesinar a su benefactor a las diez de la mañana», «Ahora, el abanico sólo sirve para abanicarse» o «Ni por asomo podía imaginarme que las mujeres eran como estufas con encimera de mármol».
Un volumen que me ha encantado, divertido, entretenido y bien escrito, con el estilo arrollador del genio de Tours, que me ha hecho pasar un rato estupendo. Balzac en estado puro. Muy recomendable.
Honoré de Balzac (Tours, 1799-1850) maestro del realismo, novelista de talento y trabajador infetigable, escribió frenéticamente más de 100 obras consumiendo ingentes cantidades de café, en un intento de levantar un retrato completo de la sociedad de su tiempo, para, según sus propias palabras, «hacerle la competencia al registro civil». Ideó más de 200 personajes, de los que unos 600 entran y salen en varias novelas.
A pesar de esa actividad frenética, tuvo tiempo de llevar una vida social muy activa, ser un gran viajero, vivir apasionados romances, tener un buen número de amantes, ser un símbolo sexual, meterse en política, ser editor durante algún tiempo, hacer unos cuantos experimentos financieros, todos desastrosos, torear a sus acreedores y arruinarse varias veces. Parece mentira que le diese tiempo a hacer tantas cosas en tan solo 51 años de vida.
Fué el primer autor que ideó la novela por entregas en 1836, aunque pronto se vió superado en éxito y número de seguidores por dos de sus imitadores: Alejandro Dumas («Los tres mosqueteros») y Eugène Sue («Los misterios de París»).
Honoré de Balzac (1840)
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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