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jueves, 2 de octubre de 2014

Una aventura en el tiempo - Charlotte Moberly y Eleanor Jourdain


Título:  Una aventura en el tiempo
Autor: Charlotte Moberly y Eleanor Jourdain

Páginas: 171
 
Editorial: Fábulas de Albión

Precio: 16 euros

Año de edición: 2014

Hoy vamos a hablar de uno de los libros más extraños y fascinantes que pueden leerse. Un obra inclasificable, que trata de reflejar unos hechos que todavía no tienen explicación de la manera más fiel posible y que si se lee como una narración, se llega a la conclusión de que están muy bien escrita.

Se trata del testimonio, publicado por primera vez en 1911 y bajo seudónimo, de la experiencia que vivieron dos respetables académicas, Charlotte Moberly y Eleanor Jourdain, durante la visita que hicieron a Versalles el 10 de agosto de 1901, el aniversario de la toma de las Tullerías en 1789, en plena Revolución Francesa.

Deambulando por los jardines del sitio real, encontraron el Gran Trianón cerrado y decidieron visitar el Pequeño Trianón, pero aunque llevaban una buena guía se perdieron y empezaron a ver que los caminos que encontraban no se correspondían con los del plano que llevaban. Notaron un cierto malestar, una opresión y se encontraron con varias personas vestidas de manera extraña y que les hablaban en un francés cargado con un fuerte acento.

De vuelta en Inglaterra, las dos mujeres escribieron lo que recordaban por separado, comenzaron a investigar de manera metódica y racional y encontraron más de veinte indicios (la disposición de los caminos, los bosquecillos, las ropas de las personas que se encontraron, algunos uniformes, el estado de los edificios, un arado al borde del camino...) que parecían indicar que habían viajado al pasado, a la época de la Revolución Francesa,  durante un breve lapso de tiempo y que quizás se habían cruzado con varios personajes históricos, como María Antonieta y el conde de Vaudreil. Incluso un pequeño puente por el que aseguraban haber pasado, apareció por primera vez en un plano que se descubrió unos años más tarde.

Parece que ninguna de las dos damas tenía entonces más que conocimientos muy generales de historia francesa y de los usos y costumbres del siglo XVIII. Casi todo lo que sabían sobre ese tema lo averigüaron en el curso de las invesigaciones y comprobaciones que realizaron en los años posteriores. Recopilaron todos sus datos y diez años más tarde publicaron todo el asunto con nombres supuestos y bajo el título de «Una aventura». El libro causó sensación y originó una enorme controversia.

¿Fué realmente un fenómeno paranormal?¿Habían visto apariciones?¿Habían viajado al pasado durante media hora? ¿Fué un caso de autohipnosis?¿Una alucinación? Las explicaciones basadas en una fiesta de disfraces o un rodaje cinematográfico fueron descartadas por las pesquisas de las protagonistas y el misterio sigue todavía sin estar totalmente explicado.
 
Las autoras no revelaron su identidad hasta 1931 y su libro, que fué un auténtico superventas, fué reeditado varias veces en Reino Unido, y ahora aparece, creo que por pirmera vez en español. La historia ha fascinado a estudiosos, escritores y pensadores, como J. R. R. Tolkien, C. S. Lewis y Jean Cocteau, y hay varios autores que se refieren a las dos protagonistas como «las damas del Trianón».

Un libro, pues, curiosísimo, muy agradable de leer, que parece ser uno de los pocos casos documentados de un presunto viaje en el tiempo y que ofrece tal cantidad de detalles y de información, que el lector puede jugar a intentar encontrar los puntos débiles del caso y construir su propia explicación alternativa.

El Pequeño Trianón, en Versalles, un regalo que le hizo Luis XVI a María Antonieta

Charlotte Moberly (Winchester, 1846-1937) fué la primera directora del primer college de Oxford para mujeres, el St Hugh's. Era hija del director del Colegio de Winchester, el colegio privado más antiguo de Reino Unido, fundado en 1382. Creció en una familia muy numerosa, formada por ocho hermanas y siete hermanos, y fué educada en casa por su madre y una institutriz en un ambiente muy formativo. Aprendió latín, griego, piano y un amplio abanico de disciplinas. 

Cuando su padre fué nombrado vicario y luego obispo de Salisbury, Charlotte se convirtió en su secretaria personal; cuando enfermó se transformó en su enfermera, y cuando al fin murió, ella era ya una solterona de treinta y nueve años, sin perspectivas claras de futuro. Entonces la hermana del nuevo obispo de Salisbury le propuso dirigir el St Hugh's College, puesto.que desempeñó de manera brillante. Dirigía un coro y una pequeña orqueta universitaria, tocaba el piano y ofrecía la seriedad y ortodoxia de la hija de un obispo. Tenía cincuenta y cuatro años cuando visitó el Pequeño Trianón.

Eleanor Jourdain (1863-1924), subdirectora del St Hugh's Collegue y mano derecha de Charlotte, era hija del vicario de Ashbourne y la mayor de diez hermanos. Estudió en un colegio de Manchester, cuando lo habitual era que las mujeres fueran educadas en casa. Escribió varios libros de texto y fué directora de una escuela. Más tarde se mudó a París, se doctoró en La Sorbona y estuvo viviendo en un apartamento en el que enseñaba a niños ingleses.

Cuando surgió la posibilidad de convertirse en subdirectora del St Hugh's, se decidió que ambas mujeres debían conocerse mejor, Charlotte fué a París y en ese contexto visitaron Versalles en 1901. Cuando la primera se jubiló, Eleanor la sucedió como directora del St Hugh's.

Ambas mujeres tuvieron varias experiencias paranormales antes y después de la aventura del Pequeño Trianón. Por ejemplo, Charlotte aseguró en 1914 haber visto al emperador Constantino en el Museo del Louvre. Fué la única que lo vió.

Charlotte Moberly y Eleanor Jourdain

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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