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jueves, 10 de julio de 2014

La trilogía de Nueva York - Paul Auster


Título: La trilogía de Nueva York 
Autor: Paul Auster
 
Páginas: 344
 
Editorial: Anagrama

Precio: 10 euros

Año de edición: 2008

Más que un libro, aquí tenemos tres novelas cortas, «Ciudad de cristal», «Fantasmas» y «La habitación cerrada», cada una en torno a unas cien páginas. Aunque pueden parecer tres historias independientes, el autor ha preferido presentarlas como un conjunto de alguna manera relacionado, y a pesar de que originalmente se publicaron de manera independiente, en los años 1985, 1986 y 1987, es ya casi habitual verlas reunidas en un único volumen.  

Curiosamente, son las primeras novelas publicadas por Auster con su propio nombre. Antes había aparecido alguna cosa suya bajo seudónimo y lo relevante es que en estas tres novelitas nace y se forma el escritor Paul Auster que todos conocemos. Escribiendo estas páginas se encuentra a sí mismo como autor y halla una voz personal, una manera de contar y unos temas para él esenciales que le acompañarían durante gran arte de su carrera: el azar y su estructura, qué es exactamente la voluntad humana, una forma muy personal de entender el suspense y una cierta mezcla entre ficción y ensayo.

Este libro lanzó a la fama a su autor y le convirtió en un nombre conocido y respetado internacionalmente. En él, nuestro hombre reinventa el género policiaco y lo convierte en una búsqueda metafísica, que se interroga y plantea cuestiones fundamentales a través de una narración en la que son más interesantes las preguntas que nos hace que las respuestas que nos ofrece. Se ha convertido en un libro de culto y desde luego, es un libro mágico en cierto sentido.

A mí me ocurrió una cosa curiosa con él. Lo empecé una primera vez y me pareció una obra pretenciosa, que no decía casi nada y sin ninguna sustancia. Lo dejé sn terminar y pasé a otra cosa. Pero leí algunas críticas elogiosas y pensé que a lo mejor lo había leído demasiado deprisa. Volví a leerlo, esta vez entero, y me maravilló. Me parece un texto, o mejor dicho, unos textos, que mantienen una calculada ambigüedad, un vacío en lo que cuentan, como estrategia para sugerir, insinuar y que sea el lector el que complete y llene la historia de posibles significados, de hipótesis. Una especie de crucigrama en blanco.

Un obra fundamental, con la que disfruté muchísimo, que me pareció una verdadera genialidad, muy original, diferente y con un encanto muy especial. En este enlace podéis encontrar una versión digital del libro publicado en la web por la Universidad de León.

El inicio tiene su punto: «Todo empezó por un número equivocado, el teléfono sonó tres veces en la mitad de la noche y la voz al otro lado preguntó por alguien que no era él.»

Paul Auster (Newark, 1947) nació en una familia judía de clase media y ascendencia polaca. Siendo muy pequeño devoró la biblioteca entera de un tío suyo, traductor de profesión, y a los 12 años ya escribía sus primeros cuentos.Estudió en la Universidad de Columbia y despues de unos años como marinero en un petrolero

Novelista, poeta, guionista y director de cine, es el escritor de la Teoría del Caos. El azar y las coincidencias tienen un papel muy importante en sus novelas, ese azar que tiene una estructura subyacente. Ha publicado hasta ahora unas dieciséis novelas y varios libros de los géneros más variados.

Es un defensor de la libertad y se niega a visitar países que según él mismo dice «no tienen leyes democráticas». Ha rechazado invitaciones, por ejemplo, para visitar China y Turquía. En el año 2006 le fué concedido el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.

 
Paul Auster

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

2 comentarios:

  1. Esta novela (o triple novela) lleva un tiempo entre mis pendientes.

    Muy buena reseña la que le has dedicado, Antonio. Coincido en esa incertidumbre que tiene la prosa de este autor.

    Ese comienzo es cuando menos sugerente. En la única novela que he leído de él, hubo una frase, a mitad de la misma, de esas que no aportan nada, pero que me dejó con la duda de si quería decir algo: "Era verano, no recuerdo qué mes."

    No sé que tuvo esa oración que me sorprendió.

    Jesús Rojas.

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  2. Buena frase sí señor.

    Puede ser que la primera parte fije la mente dellector en el recuerdo de algún verano (era verano) y la segunda de lugar a que empiecen a asomar otros recuerdos.

    Si la frase continuase, el efecto podría ser más completo: Era verano, no recuerdo qué mes, pero sí recuerdo que hacía calor y la sombra era caliente...

    Salud y libros.

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