Título: Novela de ajedrez
Autor: Stefan ZweigPáginas: 96
Editorial: Acantilado
Precio: 10 euros
Año de edición: 2013
Ésta es la última novela de Stefan Zweig,
escrita en 1941 durante su exilio en Brasil. La obra se inicia con un personaje un tanto irreal, un joven yugoslavo huérfano
procedente del medio rural, falto de imaginación y
de iniciativa que aprende a jugar al ajedrez atendiendo como incansable observador
a las partidas que juega el párroco que le ha acogido. No muestra otras
cualidades intelectuales, ni habilidades sociales, más bien al contrario; pero progresa espectacularmente en
el juego hasta convertirse en campeón internacional gracias a su juego frío,
tenaz y constante.
En
un viaje en barco a América, juega unas partidas de demostración remuneradas
contra otros pasajeros, liderados por un médico que ha sido victima de los métodos
de detención y aislamiento de la
Alemania nazi y que ha soportado su cautiverio gracias a
que desarrollaba partidas imaginarias de ajedrez.
Nos
presenta un personaje paradójico: un aldeano tranquilo, apático, sin iniciativa
pero con una idea fija en la cabeza, el ajedrez, y cómo obtener beneficio económico
de él, que entra en una élite mundial de sujetos
inteligentes, creativos, de rápida imaginación. Frente a él otros personajes,
manejados con cierta ironía, que dedican grandes dosis de tiempo, esfuerzo y
derroche intelectual a perseguir a un rey de madera por un campo de madera.
El relato,
de claros rasgos autobiográficos, es una denuncia del nazismo y de los métodos
de la Gestapo
de aislamiento e incomunicación destinados a vencer la voluntad del detenido y
anular su personalidad. Una forma de violencia psicológica cruel contra la
inteligencia, la voluntad y la esperanza.
Stefan Zweig, nacido en Viena en 1881 y antibelicista convencido, fue uno de
los primeros escritores en criticar abiertamente y protestar contra la
intervención alemana en la Primera Guerra Mundial. Intelectual cosmopolita de
ideas liberales y viajero infatigable, se enfrentó a las corrientes nacionalistas
crecientes en su país, lo que posteriormente le obligó a exiliarse, como a otros intelectuales
que no tenían cabida en Alemania y Austria tras el ascenso del nazismo.
Vivió en varios países y a pesar de ser muy bien acogido en Brasil no pudo soportar la situación en la que se hallaba sumida Europa, presa del totalitarismo y en pleno auge del fascismo en distintos países. Deprimido y desesperado por creer que no volvería a ver una Europa libre se suicidó en 1942 en Petrópolis junto a su mujer.
Vivió en varios países y a pesar de ser muy bien acogido en Brasil no pudo soportar la situación en la que se hallaba sumida Europa, presa del totalitarismo y en pleno auge del fascismo en distintos países. Deprimido y desesperado por creer que no volvería a ver una Europa libre se suicidó en 1942 en Petrópolis junto a su mujer.
Publicado por John Smith.
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