Título: Dexter: el oscuro pasajero, Querido Dexter y Dexter en la oscuridad
Autor: Jeffrey P. Freundlich
Páginas: 26
Editorial: BOOKS4POCKET y Umbriel
Autor: Jeffrey P. Freundlich
Páginas: 26
Editorial: BOOKS4POCKET y Umbriel
Precio: 7, 8 y 7,49 euros
Año de Edición: 2008
Año de Edición: 2008
Una de las cosas que más pavor suele dar al ser humano es la enfermedad mental. Uno se puede curar o no de muchas dolencias físicas pero ¿qué pasa por nuestra cabeza cuando uno sufre en sus carnes una alteración, trastorno o desorden mental? Probablemente, nos echaríamos a temblar si fuéramos conscientes de ello. Y sin embargo, yo he llegado a la conclusión que todos tenemos en mayor o menor medida algún tipo de trastorno.
Psicópatas hay por todas partes y no siempre tienen
que ser violentos. ¿Es posible canalizar nuestros actos cuando somos
portadores de una enfermedad mental?
El psicópata suele ser manipulador, inteligente,
persuasivo, carismático, egocéntrico, impulsivo, mentiroso, frívolo en
sus relaciones afectivas, promiscuo, cruel, inestable, solitario,
arrogante, egocéntrico y con unas grandes carencias
de empatía y conciencia, aunque no siempre están presentes todas estas
características a la vez en el sujeto ni en el mismo grado. Pero tenemos
que recalcar una cosa, un psicópata no es necesariamente un asesino en
serie.
Un psicópata es un camaleón social. Puede modificar
su actitud y comportamiento en menos de un segundo y sin ningún tipo de
problema si saca beneficio de ello. Busca la simpatía y la compresión
en los demás. Y aunque son personas seguras
de sí mismas, extrovertidos y fuertes, también son expertos
manipuladores jugando con nuestros afectos y emociones si ello le
conviene incluso llegando a provocar sentimientos de compasión en el
resto de los mortales.
El psicópata posee un gran talento para hacerte sentir como si fueras «único»
en el mundo. Las primeras impresiones son fundamentales en las
relaciones y ellos conocen sobradamente la naturaleza humana. Tienen
una gran destreza en manipular a base de desplegar sus encantos ante
nuestros ojos para que a nuestros cerebros nos parezca un ser divino
desde el comienzo de la relación. Para él, es fundamental tener una gran
habilidad para conducir dócilmente a aquellos que no soporta
en la dirección que quiere.
No vive bajo el mismo código moral y ético que el
resto de seres humanos. Esa falta de escrúpulos y remordimientos les
lleva a falsear y enredar con una tremenda habilidad los hechos como
mecanismo de defensa y así evitar ser puesto en
evidencia.
Pero como el psicópata está motivado principalmente
por el interés propio, lo más normal es que las amistades o relaciones
terminen sin previo aviso si el individuo deja de aportarle algún
beneficio y no os cuento si es un psicópata asesino,
la relación tiene muchas probabilidad de terminal fatal para el sujeto
que tiene al lado. Un psicópata de libro no acepta la responsabilidad
de los hechos, sino que es extremadamente eficaz y hábil en construir
evidencias que demuestren la culpabilidad en otro individuo a no ser que
le interese que se aclare la autoría de sus
fechorías.
No experimenta las sensaciones de temor,
remordimiento, disgusto, amor, cariño, etc. El cerebro del psicópata
funciona a otra frecuencia que el de los demás. Puede parecer
asustado, apenado, sorprendido, etc pero todo es fruto de un
espectáculo brillantemente representado para salir airoso de una
situación embarazosa. A un psicópata le atrae una posición de influencia
para satisfacer su necesidad de control y manipulación.
Ahora, teniendo en cuenta todo esto ¿tenemos los
seres humanos trazas psicópatas desde que llegamos al mundo? ¿a cuántos
psicópatas conoces? Políticos, directivos, empresarios, abogados,
periodistas, policías, curas etc. cualquier profesión
donde exista una infraestructura jerárquica que otorgue poder a unos
sobre otros resulta atractiva a la personalidad psicopática.
Indudablemente, todo esto es fruto de una reflexión
sobre el comportamiento humano nada científico porque seguro que
psiquiatras y psicólogos de todo el mundo tendrían mucho que aportar a
lo comentado.
Pero supongamos por un momento que descubrimos al
psicópata asesino que tenemos por vecino. Ese individuo lleno de
habilidades e inteligencia que le hace ser una máquina perfecta para
matar. ¿Es posible educarle para canalizar esa necesidad
y ansia de sangre? ¿qué pasa por su cabeza? ¿cómo se comporta? ¿cómo
vive? ¿cómo se relaciona? Y la pregunta más perturbadora ¿es posible que
te caiga bien?
Os adjunto los tres primeros libros de la serie
Dexter que tan reveladora ha sido. Un viaje a sus peculiares
pensamientos, de ahí el interés, aunque la trama sea algo floja y
simplona.
Jeffrey P. Freundlich (Miami, 1952), Jeff Lindsay para los lectores, dramaturgo y novelista, es el creador de la serie de libros.
Buena lectura.
Jeffrey P. Freundlich (Foto The Telegraph)
Publicado por Mar Gil.
Interesante reflexión, aunque como dices nada científica y según la cual cualquiera "con dos dedos de frente" puede ser un psicópata. ¿quién no tiene fobias, delirios, sueños, obsesiones? ¿es menos psicópata aquél que se considera normal y actúa en consecuencia? ¿o quizás es normal analizar de ésta manera los comportamientos ajenos, buscando un brote que convierta al prójimo en un psicópata?
ResponderEliminarMuchas gracias Spaghetti por tu aportación, muy buenas preguntas. En mayor o menor medida todos tenemos o hemos tenido obsesiones psicóticas y probablemente sea de lo más normal, incluso pudiera ser sano, eso nos los debería decir algún experto en la materia. Seguro que dentro de esta reflexión y siendo sinceros con nosotros mismos, muchos nos veamos en parte reflejados pero no por ello seamos enfermos. Sería un interesante debate disponer de cierto rigor científico con verdaderos profesionales.
ResponderEliminarPor supuesto, vaya por delante que mi exposición la hago desde el cariño y el respeto a la persona enferma y a los profesionales que tratan estos temas.
Mar Gil