Título: El retrato de Dorian Gray
Autor: Oscar Wilde
Páginas: 256
Páginas: 256
Editorial: Edaf
Precio: 7 euros
Año de Edición: 1981
Hoy vamos a hablar de «El retrato de Dorian Gray», clásico indiscutible, mito moderno y una de las novelas que mejor combina ligereza y profundidad, por si os ha ocurrido lo mismo que a mí. A fuerza de ver películas basadas en el libro, versiones adaptadas y conocer el argumento, no se me ocurrió leerla hasta que alguien me la regaló y fué un maravilloso descubrimiento.
Es una obra amena, divertida, brillante, llena de frases ingeniosas, se lee con una facilidad pasmosa y admite varios niveles de lectura, desde el más superficial, que se recrea en las chispeantes frases y diálogos, hasta el más profundo, que bucea en cuestiones todavía de actualidad, como la importancia de la estética, hasta qué punto nuestra apariencia física nos importa, nos condiciona y nos define, o el anhelo de la eterna juventud.
A principios del año 2011 se ha publicado en Londres una versión original y completa, (véase aquí la noticia) que fué censurada y mutilada en todo lo que la moral victoriana de la época no podía admitir. Se suprimieron el amor homosexual del pintor, autor del retrato, por Dorian, del que se enamora, y las alusiones del protagonista a sus numerosas amantes. Todavía no se ha traducido al español, que yo sepa. A pesar de los cortes, en su época levantó una gran polémica. Se la consideró perversa, artificial y «engendrada por la literatura leprosa de los decadentes franceses» (que le llamen a uno francés en el Reino Unido debe de ser cosa bastante fea). Se tardó unos cuantos años en reconocer esta obra como genialmente precursora de la novelística del siglo XX, que puede llegar a abrir nuevos caminos y descubrir aspectos insospechados de la condición humana.
El argumento tiene que ver con el esteticismo, movimiento artístico en el que se encuadra Wilde, que se basa en que el arte debe existir colo para recrearse en su propia belleza y debe estar por encima de la moral y de los problemas sociales. Filosóficamente se fundamenta en ideas de Kant, que propuso que las normas estéticas podían estar separadas de la moral o la tilidad. Nació como reacción al utilitarismo y a la fealdad y materialismo de la época industrial.
Oscar WIlde (Dublín, 1864 -1900), hijo de un médico de origen holandés y de una poetisa notable, es uno de los poetas, dramaturgos y novelistas más brillantes en lengua inglesa. Pronto dió muestras de talento al aprender francés y alemán con nueve años. Estudió a los clásicos en el Trinity College de Dublín y en Oxford. Muy joven comenzó a escribir poemas y a publicarlos en revistas literarias, a los 27 años recopiló sus mejores poesías en un volumen que tuvo un enorme éxito. Luego vendrían sus cuentos, las novelas, varias obras de teatro que le hicieron muy famoso y varios trabajos como periodista. Se casó y tuvo dos hijos. Era conocido por sus brillantes diálogos y su aguzado ingenio («La moda es un forma de fealdad tan intolerable, que la tenemos que cambiar cada seis meses»). El final de su vida es bien conocido, fué juzgado por una relación homosexual, algo que hoy se respeta, y condenado a dos años de trabajos forzados por «grave indecencia». Su estancia en prisión le afectó profundamente, se fué a Francia y murió en París, a los 46 años, en la pobreza.
Oscar Wilde en 1980
En fin, una novela deliciosa y genial, brillante, llena de talento por los cuatro costados. Si no la habéis leído todavía, tiene fácil remedio.
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