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viernes, 16 de junio de 2023

La otra isla del doctor Moreau - Brian Aldiss

 

Título: La otra isla del doctor Moreau                                                                                 Autor: Brian Aldiss   

Páginas: 282 pág.

Editorial:
Edhasa

Precio: 4,40 euros

Año de edición: 2003

«La otra isla del doctor Moreau» (1980) de Brian Aldiss es una sugerente revisión del clásico de H. G. Wells. Aldiss, maestro de la ciencia ficción donde los haya, ya intentó en otras ocasiones una lectura innovadora de «Drácula» o «Frankenstein». En este caso nos presenta, como es habitual en él, un mundo del futuro devastado por las guerras y las catástrofes medioambientales. Grandes alianzas continentales se enfrentan en una guerra que podría significar el fin de la humanidad. Nadie escapa del radio de acción de un conflicto generalizado. Las zonas más aparentemente remotas se verán también afectadas. Digamos que hasta los adorables delfines son utilizados por los contendientes con propósitos nefastos. Los hombres se empeñan en matarse entre ellos, pero les encanta, de paso, fastidiar a las demás criaturas, que viven en una inocencia natural que los primates bípedos violan una y otra vez. 

En este ambiente preapocalíptico, un hombre, norteamericano, cae en la isla del doctor Moreau, insignificante punto del océano Pacífico. Nuestro hombre es un político, nada menos que subsecretario, que venía de una importante reunión en la Luna cuando su astronave fue derribada por el enemigo. Solamente sobrevivió él.

Recogido por los isleños, Roberts advierte desde el primer momento que muchos de ellos tienen un aspecto bestial, repelente, inhumano. Parecen hombres bestias o bestias hombres. Su aspecto es aterrador. Estas criaturas hablan un idioma torpe y confuso, aunque hasta cierto punto entendible, lo que incrementa la inquietud. Se mueven de manera extraña, no natural, como si estuvieran aprendiendo a caminar, o todavía no hubieran olvidado del todo el andar a cuatro patas. Las bestias viven en un poblado cerca del mar, en unas chozas repugnantes. Hacen los más duros trabajos vigilados por capataces de su misma especie, ataviados con un mono proletario. Desde una grúa, un tipo borracho (el clásico buscavidas europeo sudoroso y con traje blanco, que sobrevive como puede en los mares del sur) controla las operaciones. En la isla domina un orden jerarquizado y autoritario. Las bestias trabajan bajo la amenaza chasqueante del látigo. Con reverencia, se refieren al amo. Es el dueño de la isla y de todos sus habitantes.

El doctor Mortimer Dart es el nuevo Moreau. De hecho, la isla es la original, en donde vivió el médico escocés McMoreau hace cien años e hizo sus inefables experimentos. Luego pasó por otras manos. Ahora es el pequeño imperio de un solo hombre. Dart vive separado de sus esclavos en unas instalaciones que incluyen grandes laboratorios. Está resentido contra el mundo, que ni le comprende ni le acepta. Es un outsider. Mantiene tensas conversaciones con su huésped/prisionero norteamericano. Su interés por la medicina experimental proviene de un suceso desdichado que le afectó personalmente. Es una víctima de la talidomida, fármaco que provocó horribles deformidades en niños durante su gestación. Dart es un tronco con las extremidades subdesarrolladas. Se desplaza dentro de un robot de más de dos metros, que controla con unos mandos. Un guerrero patético, aunque con espíritu de tirano. Ha organizado la isla a su imagen y semejanza. Los resultados, claro, son grotescos, espeluznantes.

Aldiss, con una desenvoltura estilística notable, ha construido una novela de acción con un fondo de ciencia ficción y un toque de nostalgia por los grandes clásicos del género. El norteamericano, hombre práctico, cada vez más aterrado por lo que ve y oye, intentará escapar de las garras del nuevo doctor Moreau. Sus aventuras en la isla se leen en un santiamén, gracias a una prosa clara, un ritmo que no decae nunca y un planteamiento que quizá no es muy original, pero que resulta satisfactorio. En resumidas cuentas, Aldiss trata de entretener. Y lo consigue plenamente.

Por lo demás, en la novela se plantean cuestiones interesantes. La necesidad de que la ciencia obedezca a normas morales para evitar desastres. Los peligros de la ingeniería genética si se propone replicar a los seres humanos con propósitos oscuros. Las mentiras inherentes a cualquier guerra. El oportunismo de la clase política. La tentación del despotismo por parte de aquellos que controlan el saber. El carácter falsamente consolador de las religiones. La ignorancia, la opresión y el miedo como raíz de las desigualdades. La fuerza liberadora del sexo. El respeto a la naturaleza como fundamento de una vida digna en la tierra. «La otra isla del doctor Moreau» es de muy grata lectura y hace pensar. Una buena opción para una tarde vacía.     

Brian W. Aldiss

Brian Aldiss (1925-2017) fue un escritor británico, decisivo en la literatura de ciencia ficción. Aldiss nació en el condado de Norfolk  (Reino Unido), luchó en Birmania y Sumatra durante la Segunda Guerra Mundial, trabajó como librero y a principios de los años 50 comenzó a publicar narraciones. Ganó algún premio. En 1958 publicó su primera novela: «La nave estelar». A partir de ahí, innumerables relatos le convirtieron en un escritor famoso y reputado. Como representante de la Nueva Ola británica de la ciencia ficción, Aldiss colaboró con otro gran escritor: J. G. Ballard. Intentó también una renovación formal y conceptual del género, pero los aficionados no le siguieron por ese camino experimental. En sus libros, Aldiss aborda viajes en el espacio y el tiempo, catástrofes, mundos alternativos y experimentos discutibles, siempre desde una perspectiva humanista. Brian Aldiss murió en 2017 en su casa de Oxford, a la edad de 92 años. 

Publicado por Alberto.

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