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miércoles, 22 de junio de 2022

Mentiras históricas comúnmente creídas - José Luis Vila-San Juán

 

Título: Mentiras históricas comúnmente creídas                                                               Autor: José Luis Vila-San Juan

Páginas: 288 pág.

Editorial: Planeta

Precio: 8 euros

Año de edición: 1998

Este libro, aparecido originalmente en 1992 y que ha tenido al menos 10 ediciones, indaga en esos datos y hechos históricos en los que todos, o al menos la mayoría, creen a pies juntillas y sin embargo, son rigurosamente falsos. Curiosamente, caen en ese tipo de errores incluso eruditos y especialistas, y a veces parece que nos cuesta un gran esfuerzo recordar cualquier dato cierto y comprobado, pero que se nos graba a fuego en la memoria cualquier error que oímos. Y digo error porque para que algo sea mentira me parece que es necesario que exista la voluntad del que la enuncia de faltar a la verdad. Así que más que mentiras, creo que son errores históricos los que aquí se reflejan.

Por ejemplo: parece que los llamados siete sabios de Grecia no fueron siete, sino once; que cesárea no proviene del nombre de Julio César, ni el famoso césar nació por ese procedimiento, sino que viene del latin cesura, corte; que el primero en defender el modelo copernicano para el Sistema Solar no fue Copérnico, sino Aristarco de Samos; que el matrimonio de Isabel y Fernando no fue válido y muy poco católico, ya que sus abuelos eran primos ni no solicitaron la licencia papal preceptiva; que la trata de esclavos negros comenzó antes de 1492, la iniciaron los portugueses en 1443; que Livingstone viajó a África no como explorador, sino como predicador; que Franco no fue en realidad Jefe de Estado hasta 1947, hasta ese año fue nombrado simplemente Jefe del Gobierno, que no es lo mismo; que la constitución liberal de 1812 no fue la primera que tuvo España, porque hubo una anterior en 1808, cuando José Bonaparte fue rey; que la unidad de España no se alcanzó en 1492 con la toma de Granada, en 1496 se acabaron de conquistar las Canarias y en 1515 se incorporó el Reino de Navarra; que Atila no era tan bárbaro como lo pintan, era culto, disfrutaba de la poesía y prefería amedrentar que asolar territorios; que Lucrecia Borgia no llegó a envenenar a nadie; que Cleopatra no murió por picadura de áspid, aunque sí se suicidó; que las tres carabelas de Colón no eran tres, ya que la Santa María era en realidad una nao; que el general Pavía nunca entró a caballo en el congreso; que la revolución rusa no fue comunista, sino bolchevique, y etcétera, etcétera, etcétera. 

Algunas de estas equivocaciones son bastante intrascendentes, pero la mayoría cambian en algo el sentido y significado de lo que sabemos. La mera enumeración de equívocos comúnmente aceptados es ya suficientemente interesante, pero además el autor reflexiona brevemente sobre su génesis y naturaleza. Unos errores se cometen por simple ignorancia; otros por rutina, alguien cae en ellos, muchos otros los copian sin comprobarlos y cuando algo se repite muchas veces, pasa a ser la verdad oficial; otros proceden de una calumnia, es decir de una campaña de imagen diseñada y ordenada para desacreditar a alguien, a un gobierno o a una potencia como ocurre con la leyenda negra, y finalmente, algunos son, sencillamente, un verdadero disparate, y resulta difícil saber por qué se han cometido. Habría que añadir que todos tendemos a dar por cierto lo que deseamos que lo sea, o como se decía en la película La pícara soltera (1964): «No dejes que la verdad te estropee un buen reportaje». No hay nada como la escena de Cleopatra y el áspid, aunque sea mentira. A todos nos gustan las buenas historias.

Esta obra, aunque tiene ya unos años, es relativamente fácil de encontrar en librerías de lance y segunda mano a precios muy razonables. Y existe una segunda parte, tan entretenida como la primera y fácil de encontrar, titulada «Mentiras históricas comúnmente creídas II», de 1998.

En fin, un libro curioso, muy ameno y pedagógico, con el que se aprende mucho de historia, especialmente aconsejable, en mi opinión, por dos motivos. Por un lado, es muy aconsejable leer un libro así en esta época de bulos, posverdad y hechos alternativos, porque nos recuerda la importancia de contrastar los datos y comprobar la información. Por otro lado, nos mete la inquietud en el cuerpo, porque evidencia que no es demasiado difícil alterar los datos y a la postre, nuestras convicciones, creencias y opiniones se basan en el mejor de los casos en eso, en los datos. Muy recomendable.

José Luis Vila-San Juan  (Barcelona, 1927-2004) fue un aviador militar que, al acabar su carrera como piloto, se dedicó a la publicidad durante treinta años. Fue consejero-asesor de la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Autónoma de Barcelona y presidente adjunto de la Asociación Española de Anunciantes.

Además de escribir libros sobre historia, colaboró asiduamente en diversos diarios, revistas y obras colectivas, como Decenium, Crónica de la Humanidad y Crónica de España. Sus obras más conocidas son «Enigmas de la Guerra Civil española» (1971) y «García Lorca asesinado: toda la verdad» (1975), que consiguió publicar tras largas negociaciones y polémicas con la censura.

José Luis Vila-San Juan

Publicado por Antonio F. Rodríguez. 

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