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sábado, 25 de junio de 2022

La Librería Lucense

 

Hoy quiero hablaros de una estupenda y flamante librería que acabo de conocer cerca de casa, en pleno distrito de Chamartín  de Madrid y en el barrio de Hispanoamérica. Se trata de la Librería Lucense, situada en la calle Puerto Rico, 50, muy cerca de la plaza de la República Dominicana. Es un establecimiento muy coqueto, con una excelente selección de títulos, que cuida a la clientela del barrio y está muy integrada socialmente con los vecinos.

Abrió sus puertas en el año 2016, en la cercana calle de Chile, y en el 2019 se trasladó a su emplazamiento actual. Su dueño, Rafael, es un personaje simpático y hablador, que crea inmediatamente vínculos sociales con todo el mundo, amante de la buena conversación y adivino que lector voraz desde hace tiempo, porque conoce al dedillo casi cualquier libro por el que le preguntes. Es muy difícil encontrar un libro cuyo contenido no domine. Por eso, aconseja con mucho criterio a todo el que le pregunta.

El nombre de la librería proviene del hecho de que su familia materna es originaria de Lugo, pero él explica a todo el que quiera oírle que el nombre le gusta además por otros motivos. Resulta que el nombre de Lugo, antigua ciudad rodeada por una muralla romana completa y muy bien conservada, parece venir del campamento Lucus Augusti, allí establecido cuando los romanos entraron en Galicia y luego convertido en ciudad. La traducción literal sería «el bosque sagrado de Augusto», porque lucus es una raíz muy antigua que significa eso, bosque sagrado. Pero claro, no todo el bosque era sagrado, sino solo una parte, un claro rodeado de árboles en el que los druidas o sacerdotes celebraban sus ritos. Ese concepto de claro (lucus), está probablemente emparentado luz (del indoeuropeo leuk, luminosidad) y sus palabras derivadas, lucero, luciérnaga, lucernario, lúcido, etcétera, y no deja de ser curioso que en Cantabria se llama luga a un intermedio, un tiempo en el que escampa y deja de llover de momento, un claro en una tormenta, que hay que aprovechar para correr a casa.

De cualquier manera, si ese es el origen de Lugo y lucense, algo así sería metafóricamente hablando una librería: un lugar de luces que alumbran el entendimiento, rodeado de antiguos árboles transformados en estanterías de madera, un espacio abierto y de reunión en medio de la selva urbana, lleno de sosiego y tranquilidad, mágico porque en él se producen prodigios, se pueden escuchar las voces de grandes literatos y pensadores, unos ya muertos otros que viven muy lejos, de Homero a Gurnah, de Lao-Tsé a Harari. Una especie de monumento de las letras y templo de conocimiento. En tal caso, siguiendo con la analogía, el buen librero una de las profesiones más generosas que hay, porque ama los libros, los custodia y los ofrece a los demás, pero no tiene casi tiempo de disfrutarlos, es como un gran cocinero siempre a dieta sería algo así como el druida, demiurgo o chamán que mantiene viva una antigua tradición.

En cualquier caso, esta es una librería muy recomendable, que vale la pena visitar y revisitar, porque hay que cuidar a las buenas librerías de barrio.

 

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

2 comentarios:

  1. Qué bonita entrada, Antonio. Y qué curiosa la etimología de Lugo. Cómo me ha gustado la poetica analogía que haces entre la palabra "lucense" y lo que es una librería. Gracias.

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  2. Gracias, Charli. Bueno, casi todas las ideas son de Rafael, que es un máquina.
    Salud y libros.

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