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martes, 14 de diciembre de 2021

Cómo llegué a conocer a los peces - Ota Pavel

 

Título: Cómo llegué a conocer a los peces                                                                        Autor: Ota Pavel

Páginas: 199

Editorial: Sajalín

Precio: 16,50 euros 

Año de edición:2012

Los cuentos de pescadores no tienen muy buena fama que digamos, pero quien lo cree es que no ha leído estos relatos de Pavel. Hijo, hermano y sobrino de pescadores hábiles y apasionados, aprendió el nole arte de la pesca de anzuelo siendo un crío y lo practicó durante toda su vida con una ilusión y gozo que se reflejan en estas páginas y hacen de su lectura un verdadero placer. 

Se trata de 22 cuentos, un epílogo del propio autor y como postfacio, el prólogo de Karel Šiktank, que apareció en la edición original camuflado bajo un seudónimo por motivos políticos. El tema son los recuerdos de pesca del autor con su padre y su tío Prošek, ambos el mejor pescador del mundo sin discusión, en una familia pobre que pescaba muy a mendo para comer. Juntos, forman un retrato certero de la infancia y adolescencia del protagonista y se pueden considerar una curiosa historia de aprendizaje (bildungsroman).

Eran otros tiempos, cuando no había especies invasoras apenas y los peces no estaban en peligro de extinción. La pesca era entonces otra cosa, una actividad tranquila y bella, no una desaforada depredación. Estas historias de pescadores de otra época están llenas de humor, ternura, humanidad y bellos paisajes. Y en ellas, Pavel hace gala de una endiablada pericia para contar con sencillez peripecias y anécdotas de manera que resulten muy amenas y captan la atención del lector, que no puede parar hasta leerlas todas de cabo a rabo.

Mención especial merecen las aventuras del pobre autor cuando era un chiquillo, los nazis invadieron su patria, prohibieron la pesca y deportaron a todos los hombres de la familia a campos de concentración y lo dejaron solo con su madre, que no era judía. Entonces tuvo que apañárselas para pescar clandestinamente delante de las narices de los alemanes y alimentar así a su madre.

Cuando se reunión de nuevo toda la familia, retomaron todos la pesca de nuevo, dando lugar a los sucedidos más disparatados y entretenidos. En fin, eran gente entusiasta y siempre de buen humor. No faltan las ideas y situaciones más curiosas, como que «Cuando abundan las setas, comienza una guerra», «El llanto es tan hermoso como la risa», las anguilas doradas son tan maravillosas como difíciles de encontrar, y la conclusión, a la que llegó el pobre autor después de enloquecer, de que como tantos otros pescadores que creen buscar peces, lo que buscaba durante toda su vida era en realidad una soledad gozosa y libre. 

La traducción del checo es impecable y es obra de la traductora y poeta barcelonesa Patricia Gonzalo de Jesús

Una colección de cuentos con mucho encanto y ternura, que apareció por primera vez en 1974 de manera póstuma, y que en 2012 la editorial Sajalín tuvo el acierto de publicar por primera vez en español. Muy recomendable.

Otto Popper (Praga, 1930-1973), más conocido por su seudónimo Ota Pavel, fué un periodista deportivo y escritor checoslovaco. Hijo de un vendedor de aspiradoras judío, era el pequeño de tres hermanos. Cuando tenía seis años, la familia se mudó a Buštěhrad; allí Pavel fue a la escuela que hoy lleva su nombre.

Durante la Segunda Guerra Mundial, su padre y sus dos hermanos fueron deportados a un campo de concentración y él se quedó con su madre, que no era judía. Trabajó como minero, pescador furtivo, desempeñó varios oficios y cuando su padre y sus hermanos volvieron a casa, terminó el bachillerato.

Entusiasta jugador de hockey sobre hielo en su juventud, fue locutor y comentarista deportivo, lo que permitió viajar acompañando a la selección de fútbol de su país a EE. UU., Francia, Suiza y la URSS. Después de visitar Innsbruck con motivo de los Juego Olímpicos de Invierno, empezó a padecer una enfermedad mental, probablemente un trastorno dipolar, que le sumía en hondas depresiones. Se jubiló anticipadamente y en esos años es cuando se dedicó a escribir relatos humorísticos sobre su familia. Falleció a los 43 años de un infarto y está enterrado en el cementerio judío de Praga, junto a su padre.

Ota Pavel
 
Publicado por Antonio F. Rodríguez. 

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