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martes, 20 de septiembre de 2016

El tango - Jorge Luis Borges

 

Título: El tango
Autor: Jorge Luis Borges

Páginas: 144
 

Editorial: Lumen
 

Precio: 16,90 euros 
 

Año de edición: 2016

El domingo hablábamos de Borges y hoy vamos que tener que volver a hacerlo, porque cuando ya hacía tiempo que parecía imposible que se pudiera publicar un libro inédito suyo, de pronto ha aparecido este título de la manera más sorprenente, nada menos que sobre el tango, una de las señas de identidad argentinas. Se trata de cuatro conferencias sobre la historia y esencia de ese género musical que el genial bonaerense dió en la capital argentina allá por 1965. 

Su contenido se creía perdido, pero dió la casualidad de que alguien las grabó y, después de pasar por varias manos, llegaron hasta el escritor vasco Bernardo Atxaga en forma de una copia en unos casetes casi inaudibles, en los que destacaba un adjetivo lunfardo (caracanfunca, con ganas de armar barullo y romper cosas) demasiado antiguo y desconocido como para ser un fraude. La grabación era auténtica y después de catorce años de vicisitudes editoriales, tenemos ya publicada esta joya.  

Son cuatro charlas espléndidas, sobre los orígenes del tango, los compadritos y los guapos, la evolución y expansión de ese género y, por último, sobre el alma argentina. Discursos interesantísimos sobre aspectos profundos de la cultura de ese país a cargo de un erudito enciclopédico, sensible y atento, que la conoció de primera mano.

En mi opinión, varias cosas convierten a esta obra en una verdadera maravilla. Permítidme mencionar tres o cuatro. En primer lugar, el orador, Borges, más que nunca en su papel de Borges, inteligente y poético, espectacularmente erudito, charlando relajadamente, con tino y sentido del humor sobre lo que le gusta, cayendo a menudo en deliciosas digresiones. Borges sin guión es mucho Borges.

En segundo lugar, la gran cantidad de claves que proporciona sobre la Historia de Argentina y esa maravilla de resumen de la historia de su país que ejecuta en tan solo dos páginas. Con unos cuantos trazos rápidos y decididos dibuja, como en una acuarela, los grandes rasgos del devenir histórico de esa nación, en un alarde de síntesis sin igual.

Por otro lado, ese fenómeno que a menudo sucede cuando se escarba en la esencia de los tópicos y uno se topa con que, en realidad, no son lo que parecen. El tango no es arrabalero, en realidad no nació en los barrios bajos, sino en los patios y salas de espera de las casas de citas, convertidas en puntos de encuentro y centros sociales de la gente bien. Nació sin bandoneón (que se añadió despues), con la música del violín, el piano y la flauta, instrumentos de señorito. De ahí viajó a París, allí triunfó en la calle y de vuelta a Buenos Aires, convertido en género de ida y vuelta, se hizo realmente popular.
 
Buenos Aires, hacia 1900 (Colección Witcomb)

También parece que no fué tristón y meláncolico al principio, sino festivo y alegre; más tarde se convertiría en desgraciado y lánguido, llorón como el blues y llegaría Carlos Gardel para dramatizarlo y cambiarlo para siempre. Al principio lo bailaban los hombres en pareja y tardó mucho la mujer en atreverse a bailar una danza que venía de los lupanares.
  
Y por último, resulta impagable el recorrido por el lenguaje argentino, el lunfardo, con una riqueza expresiva y un abanico de términos fascinante: patotero (niño bien), changango (guitarra vieja), pango (confuso), vaivén (cuchillo), biaba con caldo (pelea con sangre)... una maravilla.

Paisano a caballo (Colección Witcomb)

Un libro que es una obra de arte, una delicatessen cultural y literaria para paladares exquisitos, una obra genial que resulta a la vez amena, entretenida y muy instructiva. No hay más remedio que correr a comprarla y devorarla inmediatamente.
 
Jorge Luis Borges (Buenos Aires, 1899-1986 ) es uno de mis escritores favoritos. Nació en una familia acomodada, era hijo de un abogado muy aficionado a la literatura, lector compulsivo, que escribió una novela y algunos poemas y le enseñó la magia de la poesía. Su madre, uruguaya, aprendió inglés con su marido y realizó algunas traducciones notables. Con esos padres, el pequeño Jorge Luis creció en un ambiente culto y literario y fué bilingüe desde que aprendió a hablar.
 
Publicó su primer texto a los once años en un diario, una traducción de «El príncipe feliz» de Oscar Wilde. Curiosamente, años más tarde declararía haber cometido en su vida el pecado más grave: no ser feliz. Con 24 años publicó su primer libro de poemas. No escribió ninguna novela y es conocido, sobre todo, por sus relatos. Su cuento más famoso, «El sur», está inspirado en un accidente que tuvo en la Navidad de 1938, un golpe en la cabeza que casi le cuesta la vida.

Recibió multitud de premios, como el Premio Cervantes de Literatura y muchos otros, fué doctor honoris causa por varias universidades, pero nunca le otorgaron el Premio Nobel. Su caso se utiliza como el ejemplo más claro de que entre los nobel no están todos los que lo merecen.

Perdió la vista debido a una enfermedad congénita, de forma paulatina, lo que no le impidió seguir escribiendo libros, dando conferencias y continuar con sus actividades habituales. En 1977 dió una interesante charla sobre la ceguera, cuando todavía podía ditinguir algunos colores, especialmente el amarillo, del que dijo: «Me ha sido leal, me ha acompañado siempre».

Cuando un periodista le dijo durante una entrevista «Es usted un genio, Borges», le respondó «No crea, son calumnias».

Jorge Luis Borges en 1951, retrato de Grete Stern

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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