Páginas

Bibliotecas digitales

domingo, 31 de enero de 2016

Kandinsky. Una retrospectiva


Título: Kandinsky. Una retrospectiva
Autora: Ángela Lampe

Páginas: 237

Editorial: Palacios y museos

Precio: 25 euros 

Año de edicion: 2015

En el madrileño Centro Cibeles puede verse hasta el 28 de febrero una estupenda exposición retrospectiva del gran pintor ruso Vasili Kandinsky, creador del arte abstracto y pionero del expresionismo, el suprematismo y otros cuantos movimientos pictóricos de vanguardia del siglo XX. La muestra ofrece una buena visión panorámica de la obra del pintor ruso a través de una selección de 89 obras y está comisariada por Ángela Lampe, responsable de arte moderno en el Centro Pompidou de París desde el 2005.  

El catálogo tiene un precio razonable y un tamaño manejable. Incluye un texto de Ángela Lampe,«Vasily Kandinsky: una obra sin límites», un estudio de Carmen Bernárdez Sanchís sobre la influencia del pintor en el arte español («Kandinsky en el origen de la abstración en España»), la reproduccion de todas las piezas de la exposición y una cronología de la vida de Kandisnky.

La muestra está dividida en cuatro grandes salas, dedicadas a las cuatro épocas del pintor, que experimentó una evolución muy notable a lo largo de su vida. 

Kandisnky en Múnich (1896-1914). En esta época pinto témperas, como ésta, de temas tradicionales y folkóricos, de colores oscuros y aire modernista. Se interesó por la Teosofía de Madame Blavatsky, una filosofía que trata de encontrar un trasfondo común a todas las religiones y publicó «De lo espiritual en el arte» (1911).

Lied (1906)

De vuelta en Rusia (1914-1921), inició el camino de la abstracción, con cuadros que por orden de alejamiento de la figuación titulaba impresiones, improvisaciones y composiciones. Su mérito mayor consistía en crear cuadros equlibrados y que da gusto mirar.
 
Pintura sobre fondo claro (1916)

En la Bauhaus (1922-1933), su pintura se hizo más geométrica y publicó «Punto y línea en el plano». Se alejó del expresionismo y construyó todo un discurso teórico sobre su pintura y el significado de las formas y los colores. En la Bauhaus daba clases de asignaturas como dibujo analítico.

 En blanco II (1923)


Amarillo, rojo, azul (1925)

Este cuadro, dedicado a su mujer, es uno de mis favoritos. En él se nota la predilección de Kandinsky por el círculo, una forma que le fascinaba.

Acento en rosa (1926)

En su etapa en París (1934-1944), incorporó formas orgánicas, que recuerdan a virus, amebas y paramecios, en cuadros que recuerdan a los de quien fué esos años su amigo, el catalán Joan Miró. Llama la atención la capacidad de síntesis del artista ruso, que incorporó elementos surrealistas y todavía sorprende con un nuevo estilo.
  
Cielo azul (1940)

Una estupenda oportunidad para ver una buena selección de las mejores obras de un pintor clave en la historia del arte moderno, en una exposición no tan grande como para cansar al sufrido visitante y suficientemente amplia para poder disfrutar de la evolución de un artista tan complejo. Un hombre que, como dice la comisaria de la exposición, «siempre buscaba algo más». No os la perdáis.
  
 
Vasili Kandisky

Vasili Kandinsky (Moscú, 1866-1944) fué un pintor ruso de enorme influencia, padre del expresionismo y del arte abstracto. Hijo de una comerciante de té y de una descendiente de la aristicracia mongola, creció en una familia de clase media-alta entre Moscú y Odesa. Cuando sus padres se divorciaron, se quedó con su padre. Fué educado por su abuela alemana, que le hablaba en alemán.

Siendo casi un niño, aprendió a tocar el  piano y el cello. Estudió Derecho, Económicas y Etnografía en la Universidad de Moscú, se casó con su prima y consiguió una plaza de profesor en la facultad de Derecho. Su vida parecía ya encarrilada, cuando lo abandonó todo para dedicarse por completo a la pintura cuando tenía 30 años.

Tan drástica decisión fué motivada, en parte, por dos experiencias que le marcaron: la profunda impresión que le causó la exposición impresionista organizada en Moscú en 1895, el impacto que le causó contemplar los cuadros de Monet, y el golpe emocional de asistir a la representación de «Lohengrin» de Richard Wagner en el Teatro Bólshoi.

Se trasladó a Múnich, donde tuvo que estar un año pintando sólo con la escala de grises porque no le admitieron en la Academia de Arte y un profesor consideró que su paleta era demasiado colorista. Empezó a experimentar, a hacer xilografías, a introducir a los pintores franceses en Alemania y a dar clase de pintura.

En 1904 consiguió exponer en el Salón de Otoño de París. Se divorció de su primera mujer, se casó con una joven alumna, Gabriele Münter, y estuvo cinco años recorriendo toda Europa y participando en exposiciones. En 1911 fundó con Franz Marc y otros artistas el movimiento expresionista «El jinete azul». En 1921, con 55 años, fué invitado como profesor a la mítica escuela fundada por Walter Gropius en Weimar, la Bauhaus

Cuando los nazis acabaron con la Bauhaus en 1934, Kandinsky se instaló en París, donde tuvo que hacerse un hueco en una sociedad artística dominada por Picasso y los surrealistas franceses, muy poco interesados en la pintura abstracta de un viejo pintor ruso  de 64 años. Allí se hizo amigo de Joan Miró, evolucionó hacia una síntesis de su arte que incorporaba formas lejanamente orgánicas, que recuerdan microorganismos, obtuvo la nacionalidad  francesa y falleció a los 78 años, de un ataque cerebral.
 
Moneda de cien rublos dedicada a Kandisnky

Publicación de Antonio F. Rodríguez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario