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domingo, 21 de julio de 2013

Antología poética - Rafael Alberti


Título: Antología poética
Autor: Rafael Alberti
 
Páginas: 328
 
Editorial: Alianza

Precio: 11,50 euros 
 
Año de edición: 1998 


Siempre me han gustado los versos de Rafael Alberti. Al principio sin darme cuenta, porque no sabia que algunas de las canciones que más he tarareado, están basadas en sus poemas. Esta entrada está dedicada a los pocos que leen poesía, a los que al entrar a una librería se dirigen a esa sección. Porque la poesía es en cierto sentido la esencia de la literatura, el arte de la palabra, como la novela es el arte del párrafo.

Tenemos aquí una estupenda antología, que reúne en un volumen una muestra de los poemas más significativos de las sus cinco grandes etapas de la poesía de Albertineopopularismo, gongorismo, surrealismo, poesía política y poesía de la nostalgia. La selección es muy buena y la tarea ha debido de ser ingente, ya que se trataba de sintetizar más de cincuenta libros de poemas en poco más de 300 páginas.

Sus poemas son luminosos, blancos, deslumbrantes y parecen hablarnos de cosas esenciales, auténticas, que están por detrás de las que nos distraen todos los días. Alberti es un gran poeta, un poeta esencial, indiscutible, complejo y con una obra muy extensa, que supo ser muy popular y a la vez muy culto.

Siempre se destacó por su talante democrático, su compromiso político y su lealtad a la república. Y algunos de sus poemas están teñidos de tintes políticos, aunque a veces es muy difícil, o imposible, diferenciar qué es político de lo que no lo es.
           
Como ejemplo de su poesía dos ejemplos:


A galopar 

Las tierras, las tierras, las tierras de España,
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
al sol y a la luna.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

A corazón suenan, resuenan, resuenan
las tierras de España, en las herraduras.
Galopa, jinete del pueblo,
caballo cuatralbo,
caballo de espuma.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie;
que es nadie la muerte si va en tu montura.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
que la tierra es tuya.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!



La paloma

Se equivocó la paloma,
se equivocaba.
Por ir al norte fue al sur,
creyó que el trigo era el agua. 

Se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo
que la noche la mañana.

Se equivocaba.
Que las estrellas rocío,
que la calor la nevada.

Se equivocaba.
Que tu falda era tu blusa,
que tu corazón su casa. 

Se equivocaba.
(Ella se durmió en la orilla,
tú en la cumbre de una rama.)



Y en este enlace, podéis encontrar una selección de sus poemas que puede servir de aperitivo. 

Rafael Alberti Merello (El Puerto de Santa María, 1902-1999) fué un famoso poeta español, miembro de la generación del 27, uno de los más grandes poetas en castellano del siglo XX.

Nace en una familia de origen italiano que se dedica en Cádiz al negocio de los vinos. Tiene una infancia libre y despreocupada, hasta que ingresa en un colegio jesuita, del que le expulsan al poco tiempo. Siempre fué un mal estudiante. Al cumplir él doce años, su familia se traslada a Madrid. Comienza a pintar y no lo hace nada mal, porque llega a exponer en el Ateneo de Madrid  y en el Salón de Otoño. 

Pero cuando tiene dieciocho años muere su padre, lo que le afecta profundamente y empieza a escribir versos. Ha nacido un poeta. Comienza a frecuentar la Residencia de Estudiantes y allí conoce a casi toda la generación del 27Federico García Lorca, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Vicente Aleixandre y Gerardo Diego. Obtiene el Premio Nacional de Poesía en 1925, con veintirés años, por «Marinero en tierra» («!Ay mi blusa marinera!/ Siempre me la inflaba el viento/ al divisar la escollera) y se consagra como poeta.

Se afilia al Partido Comunista y durante la Guerra Civil Española colabora para salvar los cuadros del Museo del Prado. Finalmente se exilia en París y vive fuera de España durante 38 años, 24 en Argentina y 14 en Italia. Cuando regresa a España en 1977, sus primeras palabras son: «Me fui con el puño cerrado y vuelvo con la mano abierta en señal de concordia entre todos los españoles».

En 1983 le fué concedido el Premio Cervantes.
             
 Rafael Alberti
             
Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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